lunes, 28 de diciembre de 2009

Día 87

Irracionalidad. No me importan las contradicciones, las paradojas, los misterios, las ambiguedades. ¿Qué sentido tiene preocuparse por algo tan inevitable e intrínseco a nuestra naturaleza como el aparato digestivo del cuerpo? Por supuesto podemos ser racionales y sensatos, pero a menudo lo que nos define, en igual medida, es lo contrario - lo irracional, lo que no tiene sentido.
Yo me defino por el hecho de considerar que Jill es guapa y Jane no es atractiva, por el hecho de que prefiero las cosas de color azul a las cosas de color verde, por mi gusto por el zumo de tomate y mi desprecio por la salsa de tomate, y porque a veces la lluvia me hace sentir desgraciado y otras veces me hace feliz. No puedo explicar estas elecciones pero éstas y otras parecidas contribuyen a la persona que soy tanto como cualquier cosa más razonable y pensada. Soy tan "irracional" como "racional". Si es aplicable a mí entonces tiene que ser también aplicable a Flavia. Quizás todos seamos igual de irracionales que los errores que cometemos. Quizás al final, esto es lo que nos distingue realmente de las complejas, poderosas y omnipotentes máquinas, de los robots y de los ordenadores que nos dirigen la vida. Esto es lo que nos hace humanos.
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Página 447 - Armadillo

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