sábado, 5 de diciembre de 2009

Día 66

"... Y dentro había una instantanea Polaroid: Pollux Lesiak haciendo la mueca. Como para morirse de dicha. El encanto imperceptible materializado y revelado, una imagen nítida, la evidencia de ese rostro al tiempo lúcido y cándido, un gesto provocador, he ahi el motivo de por qué los hombres llevan millones de años corriendo detrás de las mujeres sin alcanzarlas nunca del todo. Las mujeres son más avispadas que los hombres, más valientes, más sabias, más enloquecidamente audaces, cuando miran ante sí llevan, todas ellas, el hastío y sobre todo el deseo en sus ojos llenos de una desafiante nada. El hombre, o bien sabe que nada puede esperarse de la existencia, y se limita a aguardar sentado, instalándose en el cinismo, o bien cree estupidamente que siempre se puede llegar a algo, y se lanza entonces al asalto, espada en alto, para caer de golpe, sin que nadie escuche sus gritos. En cambio, la mujer sabe ambas cosas a la vez y obra en consecuencia. Es decir, sabe que nada puede esperarse de la existencia, y como lo sabe se lanza al asalto porque sí, sin más, por simples ganas de vivir. No tiene miedo, así es que no arriesga caída alguna."
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Página 245 - El camello salvaje

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