martes, 17 de noviembre de 2009

Día 51

"Estaba fuera. Era de noche, y hacia frío.
Anduve algunos metros sobre la acera irreal. Me detuve y contemplé los edificios. Era el momento más bello de mi vida, sin más. Prendí un cigarrillo, y la brasa crepitó. Hacía frio. El humo tenía un sabor a avellana salada. Detrás de una ventana iluminada, en un tercer piso, telefoneaba una mujer. El mundo se extendía a mi alrededor, bajo la luz de las farolas, inmenso y animado por doquier. El tiempo por venir es un tiempo virgen, el porvenir es libre y el mundo es inmenso. Todo me pertenece."
...
Página 69 - El camello salvaje

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