martes, 3 de noviembre de 2009

Día 40

El capitán Dexter
De Luis Hernandez

Digamos que eres un muchacho, que una noche azul de neblina sales a la ciudad. para encontrar diariamente lo inencontrable. Digamos que los vidrios burilados y el aserrín de los bares te llaman a la quietud. Y vas solo, infinitamente solo. Pero llevas contigo una flor que es extraña. La flor de lo que jamás fue tuyo: muchas veces el Amor es lejano.

El Capitán Dexter observó la red-spot del planeta Júpiter. Y luego el astro inmenso. Y sus lunas: los astros de Medicis. No sé cómo es el verso de Milton, pensó Dexter. Y recitó mentalmente, mientras corregía el rumbo mediente la ecuación de Lorenz.

Noche. Noche de esta
Tierra

Dí:

Quién eres tú
Eres el atardecer
De las praderas

O el País de Gales
Que he soñado
Cuando joven
Y soñaba

El resultado fue \/ 0 0.001 aproximadamente, pero Dexter con la experiencia de la juventud transformó el aproximadamente en algo exacto. En el fondo Dexter era un astronauta ample est simple direct dans l'expression de l'idèe.

Había sido entrenado en la Escuela de Astronautas Exteriores donde fueron sus maestros un indio navajo y un ex-profesor de Armonía Tonal, quien abandonó la música por las matemáticas puras.

Ce n'est past fortuitament que el capítulo concluya aquí.

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