sábado, 14 de noviembre de 2009

Día 49

33
de Luis Valle Goicochea

Ahora yo recuerdo que la Muerte
no buscaba la entraña de la tierra,
sino que divagaba por el pueblo...
Allí se vivía muriendo; se igualaban
muerte y vida; tal era la tristeza
y el cansancio que regían
el discurrir ambiguo de las cosas...
El saúco triste y su fatiga, las campanas
que eran trémulamente amargas
en la fiesta así como en el día
en que alguno acababa...
la fuente,
la piedra del camino, nos decían
que allí se moría para
quedar invisible, viajando solitario,
entre las mismas gentes y los mismos árboles.

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